El 60% de las personas en extrema pobreza son mujeres que asumen la responsabilidad de alimentar a su familia, es un hecho que refleja la ficha que presentamos hoy. La pobreza es un factor de vulnerabilidad ante el riesgo de captación por redes de explotación sexual, bajo falsas promesas de una vida mejor. Erradicar la pobreza pasa por el pleno ejercicio de los derechos de las mujeres.
En este sentido cabe recordar algunas iniciativas, como la de Cáritas Diocesana de Sevilla y el Centro Juvenil Santa María Micaela de las Religiosas Adoratrices, que firmaron un convenio de colaboración para la mejora de la atención de personas en riesgo de exclusión social. En 2012, Cáritas Europa hizo algunas recomendaciones a la Comisión Europea para propiciar un enfoque basado en los derechos humanos de las víctimas, concretamente, la explotación laboral y la inclusión social de las víctimas del tráfico de personas.
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